Los ingresos a registrar en los libros contables y fiscales se pueden clasificar en 8 categorías principales:
- Ventas de productos: ingresos por la venta de bienes objeto del tráfico de la empresa.
- Prestación de servicios: ingresos obtenidos por los servicios que presta una empresa cuando la actividad principal de la misma es ésa, es decir, se trata de una “empresa de servicios” y no de una empresa comercial (compra-venta) o industrial (fabricación).
- Autoconsumo: los productos y/o servicios que se entregan y son consumimos dentro de la empresa (propietarios, socios, trabajadores) deben registrase como ingresos igual que si se hubiesen entregado a terceros externos (clientes)
- Subvenciones: son todos aquellos ingresos que provienen de la Administración central, autonómica o municipal. Se puede distinguir entre:
- Subvenciones Corrientes (se conceden normalmente para garantizar una rentabilidad mínima o compensar gastos o pérdidas ocasionadas en la actividad). Son ingresos del ejercicio al igual que los gastos que compensan se han imputado en el ejercicio.
- Subvenciones de Capital (destinadas a financiar la estructura fija de la empresa, las inversiones como edificios, maquinaria, instalaciones…). Son ingresos a distribuir en varios ejercicios al igual que se registran como gastos la amortización de estas inversiones durante su vida útil y en igual proporción.
- Ingresos por alquileres: ingresos por el alquiler o arrendamiento de bienes muebles o inmuebles cedidos para el uso o la disposición de terceros.
- Ingresos por comisiones: cantidades fijas o variables recibidas como contraprestación a servicios de mediación realizados de manera eventual. Si la mediación fuera el objeto principal de la actividad de la empresa, los ingresos se abonarían en la cuenta de Prestación de Servicios.
- Otros ingresos: «ingresos por servicios diversos». Se incluyen los ingresos originados por la prestación eventual de ciertos servicios a otras empresas o particulares. Por ejemplo: transporte, reparaciones, asesorías…
- Ingresos financieros: son los ingresos que no se corresponden con la actividad propia de la empresa, si no que provienen por tener inversiones financieras o saldos de tesorería. El caso más claro son los intereses percibidos por inversión en bancos.
- Ingresos extraordinarios: también llamados «excepcionales». Se incluyen aquellos beneficios o ingresos de carácter excepcional y cuantía significativa que, por su naturaleza, son de carácter extraordinario y no periódico.